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Desdolarización: conoce el plan de China y Rusia por reemplazar el dólar

El dólar estadounidense ha sido, durante aproximadamente ochenta años, la moneda principal del comercio internacional. Esto sucede por tres razones principales: las reservas de divisas, los contratos de materias primas, como el gas natural, y las transacciones financieras globales. En pocas palabras, el dólar americano es la principal divisa en los bancos centrales. Esto es un resultado de los Acuerdos de Bretton Woods, publicados en 1944. En ellos, se estableció la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, así como el uso del dólar como moneda de referencia internacional. Sin embargo, varios países desean desbancar al dólar: Brasil, China y Rusia encabezan esta lista.


El tema del dominio del dólar es muy político: que sea la moneda estadounidense le permite al país realizar diferentes acciones que otros no pueden realizar. Un ejemplo reciente es el congelamiento de las reservas de divisas de Rusia como sanción económica por la invasión a Ucrania. Un ejemplo más sobre las ventajas políticas de la dolarización para Estados Unidos es el bloqueo económico a Venezuela. Este bloqueo limitó la importación de bienes básicos como alimentos y medicinas. Otra consecuencia de tener una economía dolarizada es que contribuye a la vulnerabilidad financiera. Los países cuya economía se basa en el dólar son muy sensibles a las fluctuaciones cambiarias ya que los ingresos de la población son en moneda local mientras que los créditos se otorgan en moneda extranjera. El fenómeno de la desdolarización es un intento de reducir el poder que tiene Estados Unidos sobre otros países por la dependencia de su moneda. Pero ¿cómo puede lograrse? ¿Existe un plan?


Una de las medidas más recientes del gobierno chino fue pedirle a los proveedores de petróleo de Oriente Medio aceptar su propia moneda. Esto ataca a la segunda razón que mencionamos más arriba: los contratos de materias primas. Cotizar el crudo en petroyuán, una petrodivisa respaldada por China y Rusia. Por su parte, Rusia también ha reforzado su plan: en marzo del año pasado efectuó una orden ejecutiva que obliga a los países firmar contratos de gas en rublos.


La realidad es que las diferentes acciones que se han tomado para lograr la desdolarización no son lo suficientemente fuertes. Sin embargo, el peso del dólar en las reservas ha ido bajando: del 71% a principio de siglo al 60% hoy. Hay que tomar en cuenta que el yuan sólo representa el 2.7% de estas reservas: desbancar el dólar no es un plan a corto plazo. Existe una fuerte resistencia y los esfuerzos están limitados por muchos factores. ¿Existen consecuencias? Algunas, sin duda. Desdolarizar ciertos bienes puede resultar en la desinversión extranjera en algunos segmentos productivos. Es por esto que uno de los primeros pasos es necesariamente mejorar el atractivo de la moneda local: confiar en que la divisa del país es resiliente frente a otras. El camino es ciertamente largo.

Estaremos atentos a las medidas y políticas que se realicen a futuro.

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